sábado, 14 de julio de 2018

UNA MIRADA A CRÍTICA A LA EDUCACIÓN En estos últimos días observo a muchos profesores preocupados por el examen de ascenso, muchos se han matriculado a diferentes cursos de los sábados y domingos, no sé si prestan garantía o no para responder sus expectativas porque nunca asistí en ello. Es necesario desmontar estas falsas creencias que el colectivo del magisterio aún cree, pensar que el fin de la educación es la evaluación o aprobar exámenes; A mi juicio, esa creencia bizantino es la causa de que tengamos profesores que valoran lo académico sobre el carácter que debe lograr los estudiantes, valoran la sumisión y la obediencia en sus estudiantes, valoran el cumplimiento de tareas aunque sin sentido lógico y funcional. He escuchado a muchos profesores manifestar una frase del siglo pasado que para su época tenía coherencia, “La educación viene de casa, en la escuela se aprende matemática, historia, CC.NN., educación cívica, etc.”; que para un pensante es una disparatada que tengamos profesores que hacen alusión a dicha frase, digo eso, porque los conocimientos mejor lo aprenden haciendo un clic a gloogle, en la que puedo escoger ventanas y profesores a quien puedo escucharlos y no estar todas las tardes con el mismo personaje haciendo retórica de cosas intrascendentes ni interesantes. Pero este actuar de los profesores les place a los políticos, les conviene a los que manejan los aparatos productivos y por eso este domingo 15 de julio las II.EE. seleccionados se convertirán en escenarios cotidianos de clase, la única diferencia es que esta vez los profesores serán los que den los exámenes estandarizados, habrá preocupación e incluso estrés. La comunidad educativa (padres, estudiantes y profesores) creen que los exámenes son la razón de ser de la escuela. Esto tiene que parar. La educación no va de aprobar exámenes, sino de desarrollar a los jóvenes para que tengan éxito. Los profesores no necesitan los exámenes para eso. Están evaluando a sus alumnos todo el tiempo. He dicho que los exámenes existen porque les gustan a los políticos y los piden los padres. Pero, en realidad, como herramienta, obstaculizan la educación, no la mejoran. La OCDE señala que los países con sistemas que se centran en exámenes son en los que los chicos tienen más dificultades para encontrar un trabajo. Esto se debe a que la educación no está enfocada a su desarrollo, sino a prepararlos para un examen. Está claro que el sistema educativo en nuestro país es deficiente. La escuela es una isla dentro de mar de podredumbre, los profesores no debemos continuar ocultando, siendo cómplices de la insensatez del sistema educativo. Por un lado los políticos nos presionan a cumplir parámetros del Currículo, en la que se habla de una panacea de propósitos, de capacidades y competencias a lograr, y cuando asomas los ojos a la realidad todo es distinto y huele a podredumbre. Se ha prohibido hablar de la política, está prohibido llamar las cosas por su nombre, pero sí, nos dicen enseñar a los estudiantes ser críticos, ser reflexivos, saber discernir. Esta contradicción disparatada hace presumir que es engaña muchachos. Aunque que hay señales de que estamos tomando un mejor camino, no habrá ningún cambio sustancial hasta que llegue una verdadera revolución pedagógica. Esta revolución es necesaria en casi todo el mundo, así que no es un problema único del Perú. No se trata de la infraestructura ni de reforzar la intensidad con la que se enseña algún curso, no se trata de aumentar más horas de clase, sino de entender que cada alumno es diferente y debería poder desarrollar sus intereses y habilidades particulares en el colegio, forjar su carácter sin presión ni chantaje con calificaciones y sobre todas las cosas enseñarles a ser feliz haciéndolo.

lunes, 10 de abril de 2017

En el presente escrito, vamos a obviar todo lo que involucra al concepto y significado de competencia, así mismo nos reservamos de comentar y escrudiñar en lo que respecta la historicidad del enfoque en competencias, su diversidad de posturas y algunos fundamentos teóricos psicológicos que lo sustentan, así como la viabilidad de mejora educativa a través de este.
Actualmente los esfuerzos por mejorar la calidad educativa se resumen en de brindar directivas, lineamientos, conocimientos de gestión (liderazgo) y para ello el estado está destinando presupuesto exuberante, por supuesto que no está mal, así mismo en sus planes a largo y mediano plazo está la reducción del personal docente activo fundamentalmente de la EBR. Sin embargo las cosas no parecen mejorar a corto ni a mediano plazo, las razones saltan a la vista: los centros donde se forman a los futuros maestros no están en condiciones de brindar los servicios para lo cual se exige, no se hace investigación ni mucho menos innovación. Desde los mediados de los noventa a nivel nacional se viene capacitando a los docentes en manejo de estrategias, métodos y técnicas, todo ello en marco a los enfoques que están de boga. Naturalmente los resultados siguen siendo adversos, pues cada vez más tenemos estudiantes que solo estudian por sus calificaciones que se traduce en notas, cada suspensión de clases es bien visto por la gran mayoría, y a este panorama se suma el estrés y desmotivación de los docentes, salvo escasos excepciones.
Frente a este panorama cabe la idea que estamos en camino no correcto y como respuesta a ello tenemos el gran aporte de la Neurociencia, en donde se hace un estudio exhaustivo de la naturaleza y funcionamiento del cerebro. Francisco Mora, en su libro Neuroeducación, afirma categóricamente “Sólo se puede aprender aquello que se ama”, es también doctor en Neurociencia por la Universidad de Oxford. Lo preocupante es, que los responsables de considerar estos aspectos en la educación hasta ahora no se pronuncian pese que en el 2010 en nuestro país se realizó el primer Congreso Mundial de Neuroeducación. La pregunta es ¿por qué no se tienen en cuenta los hallazgos de la Neuroeducación?, no será que tomar en cuenta estos aspectos significa en términos coloquiales tirar a la basura la gran parte de lo que tenemos ahora o trastocaría la esencia del sistema educativo actual estéril. Al respecto cada uno saca sus propias conclusiones.
En el presente es necesario considerar las declaraciones de Francisco Mora ante las preguntas planteadas.
Pregunta: ¿Por qué es importante tener en cuenta los hallazgos de la neuroeducación para transformar la forma de aprender?
Respuesta: A nivel internacional hay mucho hambre por anclar en sólido lo que hasta ahora solo han sido opiniones, y ese interés se da especialmente en los profesores. Lo que hace la neuroeducación es trasladar la información de cómo funciona el cerebro a la mejora de los procesos de aprendizaje. Por ejemplo, conocer qué estimulos despiertan la atención, que después da paso a la emoción, ya que sin estos dos factores no se produce el aprendizaje. El cerebro humano no ha cambiado en los últimos 15.000 años; podríamos tener a un niño del paleolítico inferior en un colegio y el maestro no darse cuenta. La educación tampoco ha cambiado en los últimos 200 años y ya disponemos de algunas evidencias que hacen urgente esa transformación. Hay que rediseñar la forma de enseñar.
P: ¿Cuáles son las certezas que ya se pueden aplicar?
R: Una de ellas es la edad a la que se debe aprender a leer. Hoy sabemos que los circuitos neuronales que codifican para transformar de grafema a fonema, lo que lees a lo que dices, no terminan de conformar las conexiones sinápticas hasta los seis años. Si los circuitos que te van a permitir aprender a leer no están conformados, se podrá enseñar con látigo, con sacrificio, con sufrimiento, pero no de forma natural. Si se empieza a los seis, en poquísimo tiempo se aprenderá, mientras que si se hace a los cuatro, igual se consigue pero con un enorme sufrimiento. Todo lo que es doloroso tiendes a escupirlo, no lo quieres, mientras que lo que es placentero tratas de repetirlo.
P: ¿Cuál es el principal cambio que debe afrontar el sistema educativo actual?
R: Hoy comenzamos a saber que nadie puede aprender nada si no le motiva. Es necesario despertar la curiosidad, que es el mecanismo cerebral capaz de detectar lo diferente en la monotonía diaria. Se presta atención a aquello que sobresale. Estudios recientes muestran que la adquisición de conocimientos comparte sustratos neuronales con la búsqueda de agua, alimentos o sexo. Lo placentero. Por eso hay que encender una emoción en el alumno, que es la base más importante sobre la que se sustentan los procesos de aprendizaje y memoria. Las emociones sirven para almacenar y recordar de una forma más efectiva.
P: ¿Qué estrategias puede utilizar el docente para despertar esa curiosidad?
R: Tiene que comenzar la clase con algún elemento provocador, una frase o una imagen que resulten chocantes. Romper el esquema y salir de la monotonía. Sabemos que para que un alumno preste atención en clase, no basta con exigirle que lo haga. La atención hay que evocarla con mecanismos que la psicología y la neurociencia empiezan a desentrañar. Métodos asociados a la recompensa, y no al castigo. Desde que somos mamíferos, hace más de 200 millones de años, la emoción es lo que nos mueve. Los elementos desconocidos, que nos extrañan, son los que abren la ventana de la atención, imprescindible para aprender.
P: Usted ha advertido en varias ocasiones de la necesidad de ser cautos ante las evidencias de la neuroeducación. ¿En qué punto se encuentra?
R: La neuroeducación no es como el método Montessori, no existe un decálogo que se pueda aplicar. No es todavía una disciplina académica con un cuerpo reglado de conocimientos. Necesitamos tiempo para seguir investigando porque lo que conocemos hoy en profundidad sobre el cerebro no es aplicable enteramente al día a día en el aula. Muchos científicos dicen que es muy pronto para llevar la neurociencia a las escuelas, primero porque los profesores no entienden de lo que les estás hablando y segundo porque no existe la suficiente literatura científica como para afirmar a qué edades es mejor aprender qué contenidos y cómo. Hay flashes de luz.
Sabemos que para que un alumno preste atención en clase, no basta con exigirle que lo haga
P: ¿Podría contar alguno de los más recientes?
R: Nos estamos dando cuenta, por ejemplo, de que la atención no puede mantenerse durante 50 minutos, por eso hay que romper con el formato actual de las clases. Más vale asistir a 50 clases de 10 minutos que a 10 clases de 50 minutos. En la práctica, puesto que esos formatos no se van a modificar de forma inminente, los profesores deben romper cada 15 minutos con un elemento disruptor: una anécdota sobre un investigador, una pregunta, un vídeo que plantee un tema distinto… Hace unas semanas la Universidad de Harvard me encargó diseñar un MOOC (curso online masivo y abierto) sobre Neurociencia. Tengo que concentrarlo todo en 10 minutos para que los alumnos absorban el 100% del contenido. Por ahí van a ir los tiros en el futuro.
P: En su libro Neuroeducación. Solo se puede aprender aquello que se ama alerta sobre el peligro de los llamados neuromitos. ¿Cuáles son los más extendidos?
R: Existe mucha confusión y errores de interpretación de los hechos científicos, lo que llamamos neuromitos. Uno de los más extendidos es el de que solo se utiliza el 10% de las capacidades del cerebro. Todavía se venden programas informáticos basados en él y la gente confía en poder aumentar sus capacidades y su inteligencia por encima de sus propias limitaciones. Nada puede sustituir al lento y duro proceso del trabajo y la disciplina cuando se trata de aumentar las capacidades intelectuales. Además, el cerebro utiliza todos sus recursos cada vez que se enfrenta a la resolución de problemas, a procesos de aprendizaje o de memoria.
Francisco Mora, doctor en Medicina y Neurociencia, en su despacho de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense. JAIME VILLANUEVA
Otro de los neuromitos es el que habla del cerebro derecho e izquierdo y de que habría que clasificar a los niños en función de cuál tienen más desarrollado. Al analizar las funciones de ambos hemisferios en el laboratorio, se ha visto que el hemisferio derecho es el creador y el izquierdo el analítico -el del lenguaje o las matemáticas-. Se ha extrapolado la idea de que hay niños con predominancia de cerebros derechos o izquierdos y se ha creado la idea equivocada, el mito, de que hay dos cerebros que trabajan de forma independiente, y que si no se hace esa separación a la hora de enseñar a los niños, se les perjudica. No existe dicha dicotomía, la transferencia de información entre ambos hemisferios es constante. Si se presentan talentos más cercanos a las matemáticas o al dibujo, no se refiere a los hemisferios, sino a la producción conjunta de ambos.
P: ¿Está influyendo la neuroeducación en otros aspectos de la enseñanza?
R: Hay un movimiento muy interesante que es el de la neuroarquitectura, que pretende crear colegios con formas innovadoras que generen bienestar mientras se aprende. La Academia de Neurociencias para el Estudio de la Arquitectura en Estados Unidos, ha reunido a arquitectos y neurocientíficos para concebir nuevos modos de construir. Nuevos edificios en los que, aún siendo importante su diseño arquitectónico, se contemple la luz, la temperatura o el ruido, que tanto influyen en el rendimiento mental.


viernes, 31 de marzo de 2017

HORAS EFECTIVAS

Ahora que las lluvias van calmando, se habla de recuperar horas efectivas, se vienen reprogramando la calendarización para recuperar las horas perdidas. Esos términos de horas efectivas, particularmente me parece descontextualizado y ajeno a la realidad, para decir mejor, es relativo. No hay estudios ni información valedera que nos muestren que, con recuperar los días sábados o feriados ha dado buenos resultados, salvo para llenar informes de asistencias del personal docente. En qué cabeza cabe, que el tiempo que no fueron al colegio es perdido y tienen que recuperar, como si los estudiantes fuesen objetos estáticos si no van al colegio. Las experiencias vividas fueron más significativas e interesantes, pues: aprendieron lidiar con la naturaleza, a través de noticias se informaron de lo que aconteció en nuestro país, apreciaron las fuerzas de la naturaleza, es decir fueron experiencias enriquecedoras, y una vez más, la escuela o colegio pretende ser indiferente a ellas. Si supiéramos escuchar el sentir de nuestros estudiantes, lo que opinan y piensan ellos o ellas, tal vez no pronunciaríamos “recuperar las horas efectivas”, simplemente lo más atinado sería “reprogramación de las clases”. No veo sensato ni funcional, que, después de haber soportado los azotes de la naturaleza se les someta al castigo de venir los sábados y privarles de los feriados. Si se perdió, perdido está, lo que se debe hacer es, aprovechar las experiencias vividas, desarrollar cultura de prevención ante los fenómenos naturales, reformular nuestras planificaciones y la situación significativa común debe ser esto lo que acontece en la actualidad. Sin embargo el Ministerio de Educación el que debe resolver qué se hace con la norma respecto al número de horas de clases (que no deja de ser arbitrario dicho sea de paso) y cuáles son las acciones exigibles y sancionables por Indecopi. Pero sí, tenemos que hacer conocer nuestro malestar y opinión a lo que ya se viene modificando la calendarización en diversos instituciones educativas, considerando los sábados y feriados como horas efectivas.

sábado, 29 de octubre de 2016


TREMENDA CONTRADICCIÓN

Me atrevo a decir lo que muchos callan para no ser excluidos en su círculo social, laboral o de trabajo, me atrevo a decir lo que muchos hacen uso para obtener aceptación social y ponerse mascareta de bonachones para manipular consciencias, me atrevo a decir a los que nos venden gato por liebre haciéndonos creer que nuestra sistema educativo busca desarrollar personas pensantes, me atrevo a decir que en nuestra educación del pasado y presente está enquistado un gran virus que confunde e inspira miedo para no poder desarrollar nuestro libertad de pensamiento. Cómo puedo desarrollar la capacidad de pensamiento crítico, analítico y lógico, si de manera paralela obligo a creer en absurdas creencias, esta contradicción es una disparatada del sistema educativo hasta la actualidad. Así como está es una farsa la educación, frustra a los niños que razonan con agudeza y esto conlleva al aburrimiento, premia a los que se someten a la obediencia sin sentido y castiga a los más hábiles. Desde esta perspectiva la educación se convierte en un sistema donde se domestica a los frágiles de pensamiento a temprana edad, sin embargo los más hábiles, creativos, pensantes y críticos cuentan con desesperación el tiempo que les falta para terminar sus estudios básicos. Sinceramente me solidarizo con los que se aburren en la escuela, comparto sus rebeldías cuando le imponen los sin razones, me enfada cuando muchos no tengan capacidad para replicar o reclamar sus derechos, sus derechos a ser felices, de recibir informaciones precisas y fiables, sus derechos a ser diferentes y a ser aceptados sin discriminación alguna. Me atrevo a decir a los confundidos que confunden en las aulas, a no imponer dogmas solo para justificar su supervivencias, que dejen en paz a los niños y jóvenes, que no arrebaten sus curiosidades y habilidades para luego hacerles creer que ser obedientes y serviles es sinónimo de buen estudiante, cosa mas falsa tamaño del universo. 



sábado, 22 de octubre de 2016

LOS PADRES ¿AYUDAN A SUS HIJOS EN SU EDUCACIÓN?


Hasta la actualidad, nadie se había dado cuenta de la enorme responsabilidad de los padres en la crisis educativa, se considera aliados estratégicos en la educación de sus hijos, sin embargo se percibe la enorme equivocación de los mismos. desde mi punto de vista es comprensible tal situación; es agudo escuchar a muchos padres decir las frases "en mis tiempos la educación fue mejor", "la educación de hoy es pésimo", etc. No podría ser diferente, porque, ellos vivieron en una época distinta, donde el conocimiento se transportaba en barcos, en aviones, en carros, escritos en papeles y los únicos privilegiados eran los hijos de pocos, el rol del docente era transmitir los conocimientos con fines no nada saludables, la escuela era un lugar de adiestramiento, de fortalecer conductas acorde a la sociedad mercantilista, los mas afortunados conseguían filosofar (pensamiento con agudeza). Así se  formaron la mayoría de los padres de hoy, y con esa premisa ven la necesidad de educar a sus hijos, no es raro ver a muchos padres optar por un colegio donde exigen mas en el aspecto académico, de conocimientos, donde hay avance en el cuaderno, sin siquiera saber cómo será el futuro de sus hijos, aun más hacen aportes negativos en la educación de sus hijos, en muchos casos mutilando la creatividad, curiosidad, inquietud, lo más grave impidiendo a que sus hijos sean felices y que encuentren sentido a la vida con una convivencia en equidad, armonía y con respeto a las diferencias. De esta desesperación de los padres, los mercaderes de la educación hacen su Agosto, organizando concursos, olimpiadas, donde las mismas preguntas circulan con características repetitivos, memorístico, hacen gala desde los últimos decenios del siglo pasado que son aliados de la educación, todo lo contrario, engañan a los incautos padres que ganando concursos de mala muerte sus hijos van a tener éxito mas adelante. 
En estas condiciones, los docentes innovadores encuentran dificultades, porque los padres exigen el avance en los cuadernos, exigen más tareas, sin considerar que, los niños de hoy necesitan aprender a ser felices, ser creativos, tener fortaleza emocional para afrontar dificultades de la vida cotidiana. El rol del docente en estos tiempos a pasado de transmisor de conocimiento, de ser fuente de conocimiento a motivador, a crear ambiente ameno y propiciar que el estudiante aprenda a pescar los conocimiento, ante todo el docente de hoy tiene que ayudar a pensar, a razonar, a descubrir con un sentido crítico la verdad con respeto a la naturaleza, así como a sus pares para una convivencia afectiva y justa. 

miércoles, 13 de julio de 2011

NATURALEZA EDUCATIVA

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